Thursday, July 21, 2005

Híbrido entre bautizo de un sirenito y presentación de Alecko

Se zambulló
olvidando en cruel felicidad
que aún los amantes se ahogan.
W.B.Yeats


Homero, Shakespeare, Wilde, Joyce, Welles, Yeats y Elliot entre muchos otros, se han enamorado de las “doncellas del mar”, de “las siempre deseadas” sirenas.

Pero solamente el finado y finísimo Rigo Tovar y el poeta Alejandro Velázquez Betancourt se han dejado cautivar de tal manera, hasta llegar a casarse con ellas.

No hubo cera suficiente para tapar sus oídos, ni mástil ni Ulises que pudieran detenerlos, nuestros héroes (Rigo y Alecko) se zambulleron entre el peligro y la belleza (diría Freud), de las vírgenes, jóvenes aladas y misteriosas sirenas.

Tonto el que no entienda; cuenta la leyenda… cómo el poeta, Alejandro Velázquez Betancourt, llegó a a-mar profundo:

Cuando buceaba por las playas de Jalisco (probablemente)
el poeta se enamoró de muchísimas sirenas (demasiadas)
Fuera del mar sin vasilar pidió su mano
y le cantaron en un bar de coyoacán (probablemente el Ángel)

Las míticas ninfas compartieron con el poeta sus cantos y el mar se dibujo en servilletas y portavasos. Entre rimas y versos rimados el choque de las olas nos susurra ausencias y la tristeza entra.

Pasaron más de 7 años y sin ninguna noveda,
pero cerquita de los 10 se enfermó de soleda
(el poeta no las sirenas)
Tuvieron un sirenito, justo el libro hoy presentado,
con la cara de suspiro pero hojas de poemario.


Aquí está el sirenito creado con varios años de gestación y varias sirenas madres que son sólo una: la que fue mujer, luego “su” mujer y que desapareció convirtiéndose en... Sirena.

Una mañana los soldados tiburones
lo condujeron a la corte de Neptuno
(le llamamos alcoholímetro)
Se le acusaba que en un viernes de Dolores,
a la sirena se comió en el desayuno.

(poema “Los trastes siguen sucios” página 56)
“Los trastes siguen sucios,
y yo sigo pensando:
nada que cambie el mundo
sucederá si los lavo”


Aunque ninguno le creyera lo mandaron editar,
cuando aparece el prólogo
y cuenta toda “su” verdad.


No quiere recordar el nombre de la musa.
Agláope, Ligia y Teles se pelean la maternidad.
La tristeza es ahora nuestra, de todos los que hemos estado sucios de soledad.

Tuvieron un sirenito,
justo el libro hoy presentado,
con la cara de suspiro pero hojas de gran poemario.

Un híbrido de poeta y pez: un poemario y antología poética; dónde Alejandro Velásquez Betancourt canta y, aunque lo vean así, canta muy bien.

"desinat in piscem mulier formosa” [termine en pez lo que es una mujer hermosa]

Queda bautizado el sirenito, que así sea… perdón, queda presentado el libro, que sí lo lean.
Gracias.

* Alejandro Vélazquez Betancout, ESTA SUCIA TRISTEZA SE HA VUELTO TAN PULCRA (y más); El Ángel Ediciones, Grupo 4m; México, D.F. 2005. De venta en Librerías El Sótano*

1 comment:

Unknown said...

Hoy celebro contigo la aparición de este texto.

(Divertida entrada)