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Wednesday, July 27, 2005
Tuesday, July 26, 2005
Mi lugar favorito!!
Vientos y rutas
De allá, desde el recuerdo, vienen dos amigas; ambas se presentan ante mí con una nueva propuesta, proyectos de vida que cimbran, que me recuerdan barco sin ancla al que cualquier viento mueve.
El mañana no tiene ruta, ni plan maestro… sólo bifurcaciones donde debo decidir, donde debo tomar la vida entre mis manos y escoger lo mejor.
¿Qué quieres, Sara? era tu pregunta favorita Carlos, hoy, sigo sin tener una respuesta, hermano.
No sé cómo realizar un mapa, la brújula me la trague hace mucho, justo el día que decidí ser “poeta”… creyendo que ésa era la meta y que no se necesitaba ‘nada’ más.
El mañana no tiene ruta, ni plan maestro… sólo bifurcaciones donde debo decidir, donde debo tomar la vida entre mis manos y escoger lo mejor.
¿Qué quieres, Sara? era tu pregunta favorita Carlos, hoy, sigo sin tener una respuesta, hermano.
No sé cómo realizar un mapa, la brújula me la trague hace mucho, justo el día que decidí ser “poeta”… creyendo que ésa era la meta y que no se necesitaba ‘nada’ más.
Thursday, July 21, 2005
Híbrido entre bautizo de un sirenito y presentación de Alecko
Se zambulló
olvidando en cruel felicidad
que aún los amantes se ahogan.
W.B.Yeats
Homero, Shakespeare, Wilde, Joyce, Welles, Yeats y Elliot entre muchos otros, se han enamorado de las “doncellas del mar”, de “las siempre deseadas” sirenas.
Pero solamente el finado y finísimo Rigo Tovar y el poeta Alejandro Velázquez Betancourt se han dejado cautivar de tal manera, hasta llegar a casarse con ellas.
No hubo cera suficiente para tapar sus oídos, ni mástil ni Ulises que pudieran detenerlos, nuestros héroes (Rigo y Alecko) se zambulleron entre el peligro y la belleza (diría Freud), de las vírgenes, jóvenes aladas y misteriosas sirenas.
Tonto el que no entienda; cuenta la leyenda… cómo el poeta, Alejandro Velázquez Betancourt, llegó a a-mar profundo:
Cuando buceaba por las playas de Jalisco (probablemente)
el poeta se enamoró de muchísimas sirenas (demasiadas)
Fuera del mar sin vasilar pidió su mano
y le cantaron en un bar de coyoacán (probablemente el Ángel)
Las míticas ninfas compartieron con el poeta sus cantos y el mar se dibujo en servilletas y portavasos. Entre rimas y versos rimados el choque de las olas nos susurra ausencias y la tristeza entra.
Pasaron más de 7 años y sin ninguna noveda,
pero cerquita de los 10 se enfermó de soleda (el poeta no las sirenas)
Tuvieron un sirenito, justo el libro hoy presentado,
con la cara de suspiro pero hojas de poemario.
Aquí está el sirenito creado con varios años de gestación y varias sirenas madres que son sólo una: la que fue mujer, luego “su” mujer y que desapareció convirtiéndose en... Sirena.
Una mañana los soldados tiburones
lo condujeron a la corte de Neptuno (le llamamos alcoholímetro)
Se le acusaba que en un viernes de Dolores,
a la sirena se comió en el desayuno.
(poema “Los trastes siguen sucios” página 56)
“Los trastes siguen sucios,
y yo sigo pensando:
nada que cambie el mundo
sucederá si los lavo”
Aunque ninguno le creyera lo mandaron editar,
cuando aparece el prólogo
y cuenta toda “su” verdad.
No quiere recordar el nombre de la musa.
Agláope, Ligia y Teles se pelean la maternidad.
La tristeza es ahora nuestra, de todos los que hemos estado sucios de soledad.
Tuvieron un sirenito,
justo el libro hoy presentado,
con la cara de suspiro pero hojas de gran poemario.
Un híbrido de poeta y pez: un poemario y antología poética; dónde Alejandro Velásquez Betancourt canta y, aunque lo vean así, canta muy bien.
"desinat in piscem mulier formosa” [termine en pez lo que es una mujer hermosa]
Queda bautizado el sirenito, que así sea… perdón, queda presentado el libro, que sí lo lean.
Gracias.
* Alejandro Vélazquez Betancout, ESTA SUCIA TRISTEZA SE HA VUELTO TAN PULCRA (y más); El Ángel Ediciones, Grupo 4m; México, D.F. 2005. De venta en Librerías El Sótano*
olvidando en cruel felicidad
que aún los amantes se ahogan.
W.B.Yeats
Homero, Shakespeare, Wilde, Joyce, Welles, Yeats y Elliot entre muchos otros, se han enamorado de las “doncellas del mar”, de “las siempre deseadas” sirenas.
Pero solamente el finado y finísimo Rigo Tovar y el poeta Alejandro Velázquez Betancourt se han dejado cautivar de tal manera, hasta llegar a casarse con ellas.
No hubo cera suficiente para tapar sus oídos, ni mástil ni Ulises que pudieran detenerlos, nuestros héroes (Rigo y Alecko) se zambulleron entre el peligro y la belleza (diría Freud), de las vírgenes, jóvenes aladas y misteriosas sirenas.
Tonto el que no entienda; cuenta la leyenda… cómo el poeta, Alejandro Velázquez Betancourt, llegó a a-mar profundo:
Cuando buceaba por las playas de Jalisco (probablemente)
el poeta se enamoró de muchísimas sirenas (demasiadas)
Fuera del mar sin vasilar pidió su mano
y le cantaron en un bar de coyoacán (probablemente el Ángel)
Las míticas ninfas compartieron con el poeta sus cantos y el mar se dibujo en servilletas y portavasos. Entre rimas y versos rimados el choque de las olas nos susurra ausencias y la tristeza entra.
Pasaron más de 7 años y sin ninguna noveda,
pero cerquita de los 10 se enfermó de soleda (el poeta no las sirenas)
Tuvieron un sirenito, justo el libro hoy presentado,
con la cara de suspiro pero hojas de poemario.
Aquí está el sirenito creado con varios años de gestación y varias sirenas madres que son sólo una: la que fue mujer, luego “su” mujer y que desapareció convirtiéndose en... Sirena.
Una mañana los soldados tiburones
lo condujeron a la corte de Neptuno (le llamamos alcoholímetro)
Se le acusaba que en un viernes de Dolores,
a la sirena se comió en el desayuno.
(poema “Los trastes siguen sucios” página 56)
“Los trastes siguen sucios,
y yo sigo pensando:
nada que cambie el mundo
sucederá si los lavo”
Aunque ninguno le creyera lo mandaron editar,
cuando aparece el prólogo
y cuenta toda “su” verdad.
No quiere recordar el nombre de la musa.
Agláope, Ligia y Teles se pelean la maternidad.
La tristeza es ahora nuestra, de todos los que hemos estado sucios de soledad.
Tuvieron un sirenito,
justo el libro hoy presentado,
con la cara de suspiro pero hojas de gran poemario.
Un híbrido de poeta y pez: un poemario y antología poética; dónde Alejandro Velásquez Betancourt canta y, aunque lo vean así, canta muy bien.
"desinat in piscem mulier formosa” [termine en pez lo que es una mujer hermosa]
Queda bautizado el sirenito, que así sea… perdón, queda presentado el libro, que sí lo lean.
Gracias.
* Alejandro Vélazquez Betancout, ESTA SUCIA TRISTEZA SE HA VUELTO TAN PULCRA (y más); El Ángel Ediciones, Grupo 4m; México, D.F. 2005. De venta en Librerías El Sótano*
Monday, July 18, 2005
Saturday, July 16, 2005
GRANDES CAMBIOS
No olviden visitar el blog del Grupo 4m... hay cambios e invitaciones:
www.grupo4m.blogspot.com
www.grupo4m.blogspot.com
16 julio 1999, una fecha que desgasta
"Lo que él necesitaba era encontrar en el mundo real la imagen irreal que su alma contemplaba constantemente" James Joyce
... un 16 de julio se terminó la "comunión de ser y movimiento que junto a mi, el rito solar, todos los días te parecían como el primero de la creación”. Ese día fue el primero de un autoexilio en el que aprendí mucho y sané heridas. Hoy, 6 años después, solamente quiero decir que el mundo es, que tú fuiste y que yo soy. No pasa nada: Creí en un sueño… se transformó en pesadilla… y desperté (punto).
... un 16 de julio se terminó la "comunión de ser y movimiento que junto a mi, el rito solar, todos los días te parecían como el primero de la creación”. Ese día fue el primero de un autoexilio en el que aprendí mucho y sané heridas. Hoy, 6 años después, solamente quiero decir que el mundo es, que tú fuiste y que yo soy. No pasa nada: Creí en un sueño… se transformó en pesadilla… y desperté (punto).
Tuesday, July 12, 2005
Gracias por preguntar, poeta
Ayer creía que nadie preguntaba, hoy en mi mail tenía la respuesta... el escritor Edgar Gallardo me asesta la incognita:
. ¿Dónde estabas en octubre del 84?
Ya había dejado la infancia y los comics, la dura adolescencia me hacia encerrarme en mi cuarto a hablar con los poetas que en hojas creaban las sensaciones que quería vivir; viajaba junto con los narradores por mundos e historias que parecían mejores que lo que pasaba afuera (donde estaba la gente real, la que me caía gorda, la que no me dejaba bailar). Platicaba con un hombre de colores hermosos y sombrero de paja que me obligaba a viajar con él por Arles y por noches estrelladas... En octubre de 1984 comencé a escribir un diálogo con ese soñador que era espejo, amigo imaginario, etcétera; y ese diálogo hoy, querido poeta, es mi primer poemario.
. ¿Dónde estabas en octubre del 84?
Ya había dejado la infancia y los comics, la dura adolescencia me hacia encerrarme en mi cuarto a hablar con los poetas que en hojas creaban las sensaciones que quería vivir; viajaba junto con los narradores por mundos e historias que parecían mejores que lo que pasaba afuera (donde estaba la gente real, la que me caía gorda, la que no me dejaba bailar). Platicaba con un hombre de colores hermosos y sombrero de paja que me obligaba a viajar con él por Arles y por noches estrelladas... En octubre de 1984 comencé a escribir un diálogo con ese soñador que era espejo, amigo imaginario, etcétera; y ese diálogo hoy, querido poeta, es mi primer poemario.
De Edgar Gallardo 3
No hay prisa. El polvo se diluye con la lluvia. En las calles florecen las sombrillas, los pasos apurados, los gatos que maúllan escondidos en las casas.
Los niños se escapan de sus madres. Brincan en los charcos cerrando los ojos. Zapatos, camisa y pantalón se estampan de lodo. Ríen; con la simpleza de hecho. El viento, la gente, las enfermedades; poco les importan. Han dejado que el mundo de vueltas y que sus rostros se limpien, como las plantas.
Ojalá y puedas salir a caminar en la lluvia.
Los niños se escapan de sus madres. Brincan en los charcos cerrando los ojos. Zapatos, camisa y pantalón se estampan de lodo. Ríen; con la simpleza de hecho. El viento, la gente, las enfermedades; poco les importan. Han dejado que el mundo de vueltas y que sus rostros se limpien, como las plantas.
Ojalá y puedas salir a caminar en la lluvia.
Monday, July 11, 2005
Aunque nadie preguntó
Hoy fue un día raro, como tantos en que las cenizas se vuelven a reunir para crear las imágenes que pensabas olvidadas, imágenes de ese ayer casi soñado, cuando eras adolescente y el mundo no era una carrera sino una lucha por ideales (¿sabía yo, hace 24 años, qué significaban mis ideales, cuáles eran, los cumplí?)
… Algunos se cumplieron en esa casa que hoy es jardín de niños, algunos los lloré junto a su, ahora, directora y otros... simplemente los he olvidado.
Lo que no olvido es la lucha y hoy me vi grande, una sobreviviente que se agradece haber regresado a la casa donde tantas veces se cobijó; donde aprendió los secretos de la cocina, de la religión, de la costura y de la feminidad; con la familia que me adoptó y que hizo de mi la mujer de 38 años que hoy soy.
Familia Sánchez, gracias por mi!!
… Algunos se cumplieron en esa casa que hoy es jardín de niños, algunos los lloré junto a su, ahora, directora y otros... simplemente los he olvidado.
Lo que no olvido es la lucha y hoy me vi grande, una sobreviviente que se agradece haber regresado a la casa donde tantas veces se cobijó; donde aprendió los secretos de la cocina, de la religión, de la costura y de la feminidad; con la familia que me adoptó y que hizo de mi la mujer de 38 años que hoy soy.
Familia Sánchez, gracias por mi!!
Saturday, July 09, 2005
Tuesday, July 05, 2005
¿Qué guerra, cuàles mundos?
Para Jorge Andonie,
mi hermano mayor.
Del libro “La guerra de los mundos” de H.G.Wells sólo recuerdo la experiencia de la lectura, lo que ésta significó para mí a los 11 ó 12 años, más que la historia de la invasión extraterrestre o que los personajes que ahí participan.
La preadolescente que era ya había disfrutado La Odisea, no entendía La Iliada, sabía de memoria las Redondillas de Sor Juana, cada navidad declamaba, junto a mi tía Rosy, la postura de Margot de ser o no ser madre o mamá y no me parecía feliz un mundo donde a los diferentes los hicieran galletas; confundía (confundo) anécdotas, autores y personajes. En el momento de la lectura, las letras me transportaban al universo que mi imaginación creaba a partir de lo que el autor describía, era un personaje mas en ese mundo, no la heroína ni otro ser ahí escrito, mas bien un espectador principal que con el paso del tiempo y de lecturas se ha convertido en un narrador crítico pero que aún vive y disfruta los universos creados por la literatura.
-La lectura-
Leer “La guerra de los mundos” fue, como todas las anteriores, una recomendación de mi padre y lo que más me llamó la atención fue saber que mucha gente al escuchar la adaptación en el radio, había creído que una ficción era una realidad; los inocentes radio-escuchas se acercaron a mi idea de ser parte de la literatura y quise vivir la experiencia que H.G.Wells prometía. Realmente no corrí tantas veces al cuarto de Jorge como cuando leí Drácula, mi necesidad de protección no se hizo presente por las sombras de la noche; fue más bien cuando mi Papá me interrogaba sobre el libro y Jorge, una vez más, sabio protector de la hermana con poca memoria salía en mi defensa dándome los datos que Papá pedía. Siempre tenía que ser así y es que casi nunca recuerdo fechas, nombres o lugares y Papá nunca preguntaba de las sensaciones provocadas ni cómo me imaginaba a los marcianos ni por qué había decidido estornudar si me topaba con alguno de estos.
Cuando Armando Reyna logró, como sólo los verdaderos críticos saben hacerlo, incitarme a crear mi opinión sobre la película “Guerra de los mundos” de Steven Spielberg, la memoria me transportó 25 años atrás dónde Jorge me protegía.
-La película-
Ya en el cine, además de destrozarle el brazo a mi acompañante y cerrar los ojos cuando aparecían los espantosos seres, fueron las metáforas creadas por Spielberg de la guerra interfamiliar que los personajes tienen, las que causaron el “gran” efecto especial de sacar las lágrimas que mi mundo había guardado por mas de 20 años. Al ver a Tom Cruise como un padre inexperto y lejano (extraterrestre) ante una hija que busca heroicidad dentro de su claustrofobia y un hijo adolescente que sabe ser mas padre que él mismo, mis mundos chocaron: infancia y presente, recuerdos y ficción, la muerte como tema recurrente desde temprana edad, etcétera.
-Mi opinión (propia, mía, de mí)
Una gran película con grandes imágenes (poéticas y visuales); que logró, como sólo las extraordinarias películas saben hacerlo, incitarme a releer la obra original y a escribir una crónica de lo que no me van a preguntar: mi sensación.
Sara Andonie (Julio de 2005)
mi hermano mayor.
Del libro “La guerra de los mundos” de H.G.Wells sólo recuerdo la experiencia de la lectura, lo que ésta significó para mí a los 11 ó 12 años, más que la historia de la invasión extraterrestre o que los personajes que ahí participan.
La preadolescente que era ya había disfrutado La Odisea, no entendía La Iliada, sabía de memoria las Redondillas de Sor Juana, cada navidad declamaba, junto a mi tía Rosy, la postura de Margot de ser o no ser madre o mamá y no me parecía feliz un mundo donde a los diferentes los hicieran galletas; confundía (confundo) anécdotas, autores y personajes. En el momento de la lectura, las letras me transportaban al universo que mi imaginación creaba a partir de lo que el autor describía, era un personaje mas en ese mundo, no la heroína ni otro ser ahí escrito, mas bien un espectador principal que con el paso del tiempo y de lecturas se ha convertido en un narrador crítico pero que aún vive y disfruta los universos creados por la literatura.
-La lectura-
Leer “La guerra de los mundos” fue, como todas las anteriores, una recomendación de mi padre y lo que más me llamó la atención fue saber que mucha gente al escuchar la adaptación en el radio, había creído que una ficción era una realidad; los inocentes radio-escuchas se acercaron a mi idea de ser parte de la literatura y quise vivir la experiencia que H.G.Wells prometía. Realmente no corrí tantas veces al cuarto de Jorge como cuando leí Drácula, mi necesidad de protección no se hizo presente por las sombras de la noche; fue más bien cuando mi Papá me interrogaba sobre el libro y Jorge, una vez más, sabio protector de la hermana con poca memoria salía en mi defensa dándome los datos que Papá pedía. Siempre tenía que ser así y es que casi nunca recuerdo fechas, nombres o lugares y Papá nunca preguntaba de las sensaciones provocadas ni cómo me imaginaba a los marcianos ni por qué había decidido estornudar si me topaba con alguno de estos.
Cuando Armando Reyna logró, como sólo los verdaderos críticos saben hacerlo, incitarme a crear mi opinión sobre la película “Guerra de los mundos” de Steven Spielberg, la memoria me transportó 25 años atrás dónde Jorge me protegía.
-La película-
Ya en el cine, además de destrozarle el brazo a mi acompañante y cerrar los ojos cuando aparecían los espantosos seres, fueron las metáforas creadas por Spielberg de la guerra interfamiliar que los personajes tienen, las que causaron el “gran” efecto especial de sacar las lágrimas que mi mundo había guardado por mas de 20 años. Al ver a Tom Cruise como un padre inexperto y lejano (extraterrestre) ante una hija que busca heroicidad dentro de su claustrofobia y un hijo adolescente que sabe ser mas padre que él mismo, mis mundos chocaron: infancia y presente, recuerdos y ficción, la muerte como tema recurrente desde temprana edad, etcétera.
-Mi opinión (propia, mía, de mí)
Una gran película con grandes imágenes (poéticas y visuales); que logró, como sólo las extraordinarias películas saben hacerlo, incitarme a releer la obra original y a escribir una crónica de lo que no me van a preguntar: mi sensación.
Sara Andonie (Julio de 2005)
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